El “Llanto por Ignacio Sánchez Megías” es la mejor obra de Federico
García Lorca, síntesis de todo su arte; por ella demuestra ser el poeta más
completo de su generación, debido a sus
magistrales, incisivos e impresionantes recursos de la alusión, la metáfora y
el símbolo. Y sobre todo, por ser el poeta visionario con más duende.
Del libro “BUSCANDO una
Muerte de LUZ”
En su faceta como filólogo, merecen destacarse también algunos trabajos
suyos como: Buscando una muerte de luz
(1980) –escrito un año antes aunque publicado en esa fecha–, un meritorio ensayo de más de doscientas
páginas en donde se aborda una
meticulosa y concienzuda interpretación de la célebre elegía de Federico García
Lorca: Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, para nuestro autor,
«el poema más perfecto de la poesía española contemporánea».
Jesús
Cabezas Jiménez
El olivo es siempre símbolo de la paz, y al estar en plural, aumenta el
deseo: una paz eterna. El Olivo, además es el árbol andaluz por excelencia, pero
al mismo tiempo simboliza fatalidad por ser árbol servidor de la luna, con el
negro sino interior, y no deja escapar a quién cerca.
El olivo estremecido por la “brisa triste” sintetiza toda la elegía de
este Llanto.
Desde los pies del poema, “una brisa triste por los olivos”, raíz y
soporte mínimo de este gran coloso de la literatura española y universal, sube
el soberbio duende estallando colérico contra todo lo que encuentra a su paso,
porque le han arrancado su secreto de inmortalidad en ardua y constante lidia.
Lorca ha remachado con obsesión su ardiente afán: <<Ignacio vive;
no ha muerto, porque yo lo recuerdo, lo llevo conmigo y lo canto aún con
dolor>>
Sebastián Morales Jiménez
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