“Enamorada
de mi profesión”
Mi relato va a tratar de mi vida profesional que empezó
hace mucho, mucho tiempo
Terminé
mis estudios de licenciatura en Geografía e Historia en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Granada en el año 1968.
En Septiembre de ese mismo año tuve la gran suerte de ser
contratada como interina en el Instituto Técnico de Motril, hoy llamado Julio
Rodríguez.
Allí empecé mí (al principio) nueva y dura tarea como
profesora .Tenía alumnos mayores que estudiaban los últimos cursos del
bachillerato técnico y les impartía una asignatura de Geografía Económica que
era muy interesante. Estos cursos eran solamente masculinos. Además tenía
varios cursos de primero y segundo de Bachiller también separados los niños y
las niñas. Eran otros tiempos.
En este instituto estuve once años, los más trascendentes
de mi vida ya que durante los mismos me casé y tuve a mis cuatro hijos. A lo
largo del curso 1977 - 78 me preparé las oposiciones que aprobé en junio del
78.El siguiente curso permanecí en el mismo Instituto que ya se llamaba Julio
Rodríguez
Del Bachillerato Técnico, solamente salieron dos
promociones .Eran unos muchachos estupendos y la mayoría han llegado a ser
grandes profesionales.
Junto con este bachillerato, se impartía el bachillerato
“normal“: de primero a sexto y un curso de orientación universitaria.
Los alumnos comenzaban primero con diez años .En sexto
había una reválida que se tenía que aprobar para hacer el siguiente curso
preuniversitario. Las clases estaban separadas por sexos y la jornada era
partida de mañana y tarde.
En 1970 se reformaron las enseñanzas medias que se
regularon por la Ley General de Educación .Se empezó a implantar en el curso
académico 1975/76 con primero de BUP y se extendió hasta el curso tercero en
el año académico 1977/78.
Después
de 3º estaba el COU, curso de orientación universitaria.
Esta
nueva ley educativa supuso muchos cambios: También afectó a la enseñanza
primaria, la E.G.B. (Educación General Básica) Comprendía ocho cursos : desde
los seis años a los catorce, de manera que los alumnos comenzaban el primero
de BUP ( Bachillerato Unificado Polivalente ) con catorce años y permanecían
en el instituto hasta los dieciocho. Las clases se hicieron mixtas y la
jornada laboral intensiva: de ocho y media de la mañana a dos y a dos y
media. Todo ello supuso una gran novedad y los profesores nos fuimos
adaptando a todos estos cambios.
Como
he comentado anteriormente permanecí en este instituto hasta finalizar el
curso 1978/79.Al final del mismo me dieron me dieron destino definitivo en el
Instituto Reyes Católicos de Vélez Málaga.
Los once años que estuve en el” Julio
Rodriguez” fueron muy importantes para mí, tanto desde el punto de vista
profesional como en el personal. Los recuerdo con un gran cariño, sobretodo
los primeros años. Entonces no había tantos alumnos y los profesores éramos
como una gran familia. Teníamos mucha relación y había un gran compañerismo.
En esos años sólo había en Motril dos institutos:” El
Técnico” (después llamado Julio Rodríguez) y el Francisco Javier de Burgos :
El de “arriba“ y el de “abajo”, como popularmente se les conocía.
A partir del curso 1979/80 empezó una nueva etapa para mí:
Me marché a Vélez -Málaga a mi nuevo destino: El instituto Reyes Católicos.
Supuso no sólo un cambio de destino,
sino también un cambio en mi vida familiar: Mi marido se quedó en
Motril con mi hijo mayor (nueve años) y
me fui con los tres restantes (entre ocho y dos años).
Aún
así no tuve grandes problemas, encontré unos buenos compañeros y alumnos.
Casi siempre todos los cambios suelen ser para bien y enriquecedores.
Aquí permanecí seis años, desde el curso 79/80 al 84/85,
pero con un paréntesis : El curso 83/84 volví de nuevo al “Julio Rodríguez“
con una comisión de servicios que me concedieron por problemas
familiares.
Volví a Vélez Málaga y al año siguiente, durante el curso
1985-86 hice una permuta y me vine a Salobreña al Instituto Mediterráneo .Los
últimos veinte años los pasé aquí hasta mi jubilación en junio de 2005.
Cuando me vienen a la cabeza todos
estos recuerdos, siempre pienso igual: si empezara de nuevo haría lo mismo.
He sido una enamorada de mi profesión.
María
Rosario Rufino Romera